El transporte en la Baja Edad Media.-
En la Edad Media el transporte y
las comunicaciones son deficientes, a pesar del relativo auge que experimenta
el comercio. Los caminos no son seguros a causa de los salteadores, y están en
mal estado debido al relieve y al clima
de la península. Básicamente, la red de caminos y vías pecuarias es la misma
que la de la época romana; con las mejoras introducidas por los árabes y a las
que se añaden la red de cañadas, cordales y veredas que utiliza la
trashumancia. Los más importantes, por su carácter internacional, son: el camino
de Santiago, la vía de la Plata y la vía Hercúlea. La red es más densa en el
centro castellano, en torno a Burgos, Astorga, Zamora, Toledo, etc. Los dos
grandes centros de la red son Toledo y Medina del Campo. Abundan los impuestos
de paso, que dificultan el transporte de mercancías. Además, en algunas zonas,
como en Cataluña, las personas están vinculadas a la tierra y no pueden viajar.
Por otro lado, siempre fue un problema el paso de los numerosos ríos, que en la
época se solucionaba mediante barqueros y la reparación de puentes romanos o
árabes. Se construyen muy pocos puentes.
Los transportistas son arrieros y carreteros, cada uno especializado en un tipo
de transporte. El caballo es el transporte rápido, y el buey y la mula el
animal de tiro de las carretas. Frecuentemente, el mercader y el transportista
son la misma persona. El transporte está organizado de manera regional: hay circuitos
locales, regionales y extrarregionales. El comercio internacional está copado
por el transporte marítimo.
Los grandes volúmenes son portados por transportistas ocasionales, gente de un
pueblo que ejerce esa función durante una parte de año para poner los productos
de la aldea en el mercado, mientras que el resto del año se dedican a la
agricultura.
La navegación marítima se desarrolla extraordinariamente a partir del siglo XIV,
gracias al control aragonés del Mediterráneo y el fin de la piratería
musulmana. Se comienza a utilizar la brújula, y los barcos de vela aumentan su capacidad.
Además, aparece en los barcos el timón. La navegación está protegida gracias a
las hermandades de mareantes, a las cofradías y a los consulados del mar,
compuestos por mercaderes.
Existe una red de ferias y mercados itinerantes alrededor del camino de
Santiago. Las ferias y mercados son privilegio de algunas ciudades y están
organizadas para que no coincidan ferias próximas, en el tiempo. También hay ferias
fijas, vinculadas a los talleres de artesanía, como las de León, Burgos,
Barcelona, Toledo o Córdoba. Son muy importantes las ferias internacionales,
entre las que destaca la de Medina del Campo, donde se inventa la letra de
cambio en el siglo XV.
ACTIVIDADES.-
1.-
Dibuja en el mapa las rutas de la Corona
de Aragón.
3.-
¿Con qué dificultades se encontraban los
arrieros para trasladar las mercancías?
4.-
Averigua por qué ciudades importantes se pasaba en cada una de las Vías o
Camino.
5.-
Explica qué era un “consulado de mar”
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